GAS RADÓN : UN PELIGRO PARA LA SALUD PÚBLICA

Probablemente el momento en que escuches por primera vez las palabras “gas radón” y empieces a preguntarte qué es, te encuentres con la realidad, y es que existe una falta de información y concienciación social sobre el tema. Para hacernos una idea del problema, en este artículo se recogen cuestiones como qué es el gas radón, el peligro que supone para la salud y como hacerle frente, entre otras.

Efectos sobre la salud del gas radón

El gas radón es un gas noble que se encuentra en el suelo de zonas graníticas, en aguas de montaña no depuradas, en materiales de construcción y en paredes rocosas de cuevas. Es la principal fuente natural de radiación, que al aire libre no representa ningún problema, pero en espacios cerrados se acumula y por lo tanto su concentración aumenta sin que nos demos cuenta. Los sitios con poca o nula ventilación y en general, los que están en contacto directo con el terreno, como los sótanos, suelen ser los sitios con mayor peligro.

Al respirar este aire con elevada concentración de gas radón, las partículas radiactivas se adhieren al tejido pulmonar y contribuye al desarrollo de cáncer de pulmón. La OMS ha calificado al radón como agente cancerígeno de grado 1, siendo la segunda causa de esta enfermedad para fumadores y la primera para personas no fumadoras.

El gran peligro está en que este gas puede filtrarse en cualquier edificio o espacios cerrados en los que pasamos más del 80% del tiempo, ya sea en nuestros hogares, lugares de trabajo, universidades o colegios que, en su  mayoría, no cuentan con las medidas de protección adecuadas.

Recomendaciones desde la OMS

En 2009, la Organización Mundial de la Salud publicó el “Manual de la OMS sobre el radón en interiores: una perspectiva de salud pública”, que ofrece propuestas normativas y establece un nivel de referencia medio anual nacional de 100 Bq/mᶟ y representa la máxima concentración anual media de radón aceptable en una vivienda. Cuando ese nivel nacional no pueda alcanzarse debido a las condiciones específicas de cada país, no debería superar los 300 Bq/mᶟ.

Marco legislativo

El pasado día 8 de febrero, entró en vigor la Directiva Europea (2013/59/Euratom) que obliga a los gobiernos a analizar riesgos y tomar medidas que mitiguen concentraciones superiores a 300 Bq/mᶟ. Este reglamento también establece que los países miembros de la UE podrán introducir exigencias específicas en los códigos técnicos de edificación que eviten la entrada de este gas en los edificios de nueva construcción y de reducción en los ya construidos.

En España no existe una normativa de protección frente a este gas en las viviendas,  aunque se prevé para el 2018 implantar un apartado relacionado con el tema en el Código Técnico de la Edificación.

Exposición al gas radón en España

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha publicado unos mapas de “exposición potencial al radón”, en lo que se establecen tres categorías de riesgo:

  • Categoría 0=Exposición baja (<200 Bq/mᶟ)
  • Categoría 1=Exposición media (200-400 Bq/mᶟ)
  • Categoría 2=Exposición alta (>400 Bq/mᶟ)

Entre los lugares con mayor nivel de concentración están Galicia, Extremadura, Toledo, Madrid, partes de Castilla y León, Andalucía y determinadas zonas de Aragón y Cataluña y por lo tanto dónde más atención se debería prestar.

¿Por dónde se filtra este gas?

El gas radón entra a los edificios a través de la cámara de aire de fachadas, tuberías de suministro de agua, fisuras o grietas, conductos de saneamiento, juntas constructivas, solera, muros de sótano y forjado sanitario. Pero también los materiales de construcción, elementos decorativos o encimeras de granito son responsables de la presencia de radón en espacios interiores.

¿Cómo protegernos frente a él?

Para proteger a los edificios frente al gas radón existen diferentes alternativas, tanto para edificios de nueva construcción como para edificios existentes.

Medidas de mitigación en edificios existentes:

  • Sellar juntas estructurales, grietas, pasos de instalaciones, enchufes, juntas de pavimentos con perímetro y estructura y desagües en sótanos.
  • Aislar sótanos y garajes
  • Instalar un sistema de ventilación mecánica en estancias afectadas
  • Colocar barreras anti-radón

Medidas de prevención en edificios de nueva construcción:

  • Colocar barrera anti-radón bajo solera o sobre forjado ventilado
  • Extraer el gas del terreno. La extracción puede ser natural o forzada (arquetas a través del forjado sanitario y tubos de drenaje y extractores). Normalmente cuando el nivel de radón es muy elevado se instalará un sistema de ventilación forzada.

Passivhaus y el gas radón

Los edificios Passivhaus están, por diseño, protegidos contra ciertos agentes que pueden ser perjudiciales para la salud, gracias a las rigurosas medidas de hermeticidad y el sistema de ventilación controlada. La principal función de este sistema de ventilaicón es garantizar una alta calidad higiénica del ambiente interior y extraer gases nocivos como el CO2, químicos detergentes, desodorantes, humo procedente del tabaco, etc.

El radón se encuentra dentro de este grupo de gases nocivos, por lo que un edificio construido bajo el estándar Passivhaus nos podría ofrecer unos niveles de protección frente a él, que un edificio convencional no tiene. Hay que puntualizar que, aunque este estándar cuida al máximo el proceso de ejecución y presta especial atención a los trabajos de hermeticidad, se debe complementar con protecciones específicas contra el gas radón, ya que no hay estudios por el momento que corroboren la eficacia de Passivhaus frente al mismo.

Teniendo en cuenta que Passivhaus es un estándar aplicable a cualquier edificio, sería perfectamente posible utilizarlo para proteger viviendas unifamiliares, bloques de pisos, colegios, guarderías, hoteles, oficinas, etc.

Conclusiones

Tras muchos años de estudios y alertas sobre el riesgo que supone para la salud, por fin se está tomando conciencia y se están poniendo en marcha soluciones para proteger a la población. Este peligro está directamente relacionado con la arquitectura y la construcción, por lo que quizás para erradicar el problema bastaría con cambiar el sistema constructivo que se ha estado ejecutando durante años. Los edificios diseñados bajo el estándar Passivhaus podrían ser la respuesta, ya que simplemente están mejor construidos.

Fuentes

Organización de Consumidores y Usuarios

Manual de la OMS sobre el radón en interiores: una perspectiva de salud pública

Borja Frutos Vázquez. Estudio experimental sobre la efectividad y la viabilidad de distintas soluciones constructivas para reducir la concentración de gas radón en edificaciones, (2009)

Proyecto MARNA